¿Qué es un STO?
Los security tokens son activos criptográficos basados en la tecnología blockchain vinculados a un activo financiero tradicional.
Este tipo de tokens otorgan al tenedor una serie de derechos, como, por ejemplo, la percepción de un dividendo mensual o anual vinculado a la rentabilidad del proyecto que se financia y la cantidad invertida.
Los security tokens pueden distribuirse a partir de una STO (Security Token Offering) cuyo fundamento es la financiación participativa del proyecto. Esto ofrece distintas ventajas frente a las formas tradicionales de financiación; una de ellas es la liquidez. Pues los inversores pueden entrar con montos relativamente pequeños comprando tan solo un porcentaje del proyecto.
Otra es la visibilidad, pues una compañía que liste sus tokens en un marketplace dedicado a la comercialización o transmisión de security tokens, puede mejorar la difusión de su proyecto, a través del efecto red que genera la propia plataforma.
Por último, la tecnología blockchain garantiza transparencia y eficiencia en la transferencia de estos tokens, reduciendo la burocracia necesaria para su transmisión. Esto hace más fácil la transmisión entre particulares para el inversor que ha invertido y desea deshacerse de sus security tokens.
¿Qué requisitos tiene la emisión de mi security token?
Siempre que emitamos deuda por un importe inferior a los ocho millones de euros y su periodo de duración sea inferior a 12 meses, nuestra emisión no tendrá la calificación de oferta pública y, por tanto, evitaremos tener que elaborar un folleto de inversión que necesariamente debe aprobar la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
Nuestra STO y su whitepaper sí deberá ser validada por una empresa de servicios de inversión (ESI), siendo, no obstante, un proceso bastante más rápido.
Podéis obtener más información en nuestra web Crowmie