En el amplio mundo de las finanzas, los conceptos de interés simple y compuesto juegan un papel muy importante a la hora de evaluar y gestionar las inversiones. Aunque a primera vista parecen términos similares, el interés simple y compuesto representan enfoques totalmente distintos con resultados muy diferentes.
Si entendemos estas diferencias, estaremos mejor preparados para tomar decisiones financieras informadas y maximizar nuestros recursos de manera eficiente. A lo largo de este artículo vamos a entender las diferencias de estos términos, cómo se calculan cada uno y ejemplos.
Diferencias entre el interés simple y compuesto
En el ámbito financiero, el concepto de interés desempeña un papel crucial al determinar cómo crecen las inversiones con el tiempo. Dos métodos fundamentales utilizados para calcular este crecimiento son el interés simple y compuesto. Aunque ambos términos pueden parecer similares a simple vista, representan enfoques distintos que tienen un impacto significativo en la rentabilidad y las obligaciones financieras. En este apartado, vamos a mostrar las diferencias fundamentales entre el interés simple y compuesto, destacando cuál es su fórmula, cómo es el incremento de interés y cómo podemos aprovechar este conocimiento para tomar decisiones más acertadas en nuestras finanzas personales y empresariales.
Características
Simple:
- Cálculo de interés: Sobre el capital inicial
- Fórmula: I = C * R * T
- Incremento de interés: Constante en cada período
- Reinversión de intereses: No se reinvierten
- Acumulación: El capital inicial no crece a menos que se agreguen más inversiones
- Beneficios a largo plazo: Menos beneficios a largo plazo debido a la falta de reinversión
Compuesto
- Cálculo de interés: Sobre el capital inicial y los intereses acumulados
- Fórmula: Cf = Ci ( 1 + R ) ^ T
- Incremento de interés: Creciente en cada período gracias a la acumulación de intereses
- Reinversión de intereses: Los intereses ganados se reinvierten, lo que lleva a un crecimiento exponencial
- Acumulación: El capital inicial crece exponencialmente a lo largo del tiempo
- Beneficios a largo plazo: Mayor crecimiento a largo plazo debido a la reinversión de intereses
Cómo se calcula el interés simple y compuesto
La comprensión de cómo se calcula el interés simple y compuesto, es necesario en el mundo financiero y aquellas personas que se dedican al mundo de las inversiones. Tanto el interés simple como el compuesto determinarán cómo se incrementará el valor de una inversión a lo largo del tiempo. A continuación, vamos a ver en detalle cómo se calcula el interés simple y compuesto para obtener una visión más clara de cómo influyen en nuestras finanzas personales y en las estrategias financieras empresariales:
Simple
Antes de mostrar la fórmula del interés simple, debemos conocer todos los componentes necesarios para poder obtener esta operación:
- C= capital inicial
- R= tasa de interés del capital inicial (dividir la tasa de interés entre 100)
- T= tiempo de la inversión en años, meses (dividir el tiempo entre 12) o días (dividir el tiempo entre 360)
- I= interés pagado
I = C * R * T
Simplemente, tenemos que multiplicar el capital inicial por la tasa de interés y el tiempo.
Compuesto
Si deseas invertir en interés compuesto, tienes que tener clara la fórmula, que es un poco más complicada que la del simple, pero a continuación te la desglosamos para que no quede ninguna duda:
- Capital final Cf = Valor final (VF)
- Capital inicial Ci = Valor actual (VA)
- R= tasa de interés
- T= tiempo
Cf = Ci ( 1 + R ) ^ T
Para calcular el capital final hay que multiplicar el capital inicial por uno más la tasa de interés, elevada al tiempo.
Ejemplos de interés simple y compuesto
A continuación vamos a poner un ejemplo de interés simple y compuesto para que podáis aplicarlo a cualquier proyecto y así conocer su rentabilidad y decidir si invertir o no es una buena opción.
Si queremos sacar el interés simple de una inversión de 20.000 € con un 10% de interés durante 30 años:
I = 20.000 * 0,1 * 30
Esto hace un total de interés de 60.000 € en 30 años, lo que se traduce en un total de 2.000 € de interés que conseguiríamos al año.
Para entender el funcionamiento del interés compuesto, de los 2.000 € que conseguimos al año, se reinveritirían y se sumarían a los 20.000 € iniciales, haciendo un total de 22.000 €. De esa cantidad, ganarías ese 10% otra vez, es decir 2.200 € y si lo volvemos a reinvertir, conseguimos 2.420 € y así sucesivamente durante 30 años.
Aunque durante los primeros años este crecimiento no es muy elevado, tal y como pasa el tiempo, el interés reinvertido va aumentando cada vez más, puedes comprobarlo en nuestra calculadora de interés compuesto.
Escoge el interés que más te beneficie
Tal y como hemos visto a lo largo de este post, hay grandes diferencias entre el interés simple y compuesto y cada inversor, dependiendo de su situación y sus necesidades, debe estudiar el proyecto y decidir.
En Crowmie, te damos la posibilidad de invertir en interés simple y compuesto, ya que por una parte tu puedes invertir una cantidad y que mensualmente te la devuelvan junto con los intereses. Por otro lado, también puedes beneficiarte al invertir en interés compuesto e ir reinvirtiendo los intereses para obtener más todavía.