La energía solar se está popularizando mucho en los últimos años debido a sus innumerables ventajas. Lo que poca gente sabe es que en realidad, esta energía solar se puede aprovechar de diferentes maneras, no solo para producir electricidad, sino también para generar calor. Entre las más populares tenemos la energía solar térmica y la energía solar fotovoltaica.
En este artículo profundizaremos en cómo funcionan ambas para que descubras cuál de ellas se adapta mejor a tus necesidades.
¿En qué se diferencian la energía solar fotovoltaica y la térmica?
La principal diferencia entre la energía solar térmica y la fotovoltaica radica en cómo convierten la energía solar en otra forma de energía.
La energía solar térmica utiliza el calor del sol para calentar un fluido, como agua o aire. Este fluido se puede utilizar para calefacción, refrigeración o agua caliente sanitaria.
En cambio, la energía solar fotovoltaica, por su parte, convierte la luz solar directamente en electricidad a través de paneles solares.
Esta diferencia en el funcionamiento también conlleva otras diferencias, como los usos, el mantenimiento, la eficiencia o el precio.
Usos de la energía fotovoltaica y térmica
La energía fotovoltaica es comúnmente utilizada en aplicaciones residenciales, comerciales e incluso en plantas de energía a gran escala.
Por otro lado, la energía térmica utiliza la radiación solar para calentar un fluido, generando vapor que impulsa turbinas en plantas de energía, y se aplica en sistemas de calefacción de agua o ambientes industriales.
Mantenimiento de los paneles solares fotovoltaicos y térmicos
En cuanto a la energía fotovoltaica, los paneles solares fotovoltaicos requieren un mantenimiento relativamente sencillo: con limpieza periódica para eliminar la suciedad y el polvo, y así asegurar una óptima captación de luz solar y revisiones rutinarias. En términos prácticos, de media, el precio anual de mantenimiento de los paneles solares suele oscilar entre 150 € y 300 €.
En cambio, los paneles solares térmicos, por su parte, debido a la circulación de líquidos y partes móviles, requieren un mantenimiento más complejo. Además de limpiarlos, es necesario realizar inspecciones periódicas para detectar posibles fugas o daños.
Eficiencia de la energía térmica y fotovoltaica
Todo dependerá de los tipos de sistema y de la calidad de los componentes que se utilicen en la instalación.
Para la energía solar térmica, los sistemas de concentración solar térmica (CST) son los más eficientes, con una eficiencia que puede alcanzar el 70%. En cambio, si optamos por sistemas de paneles solares térmicos (PST), estos tienen una eficiencia menor, en torno al 20%.
Por otro lado, la eficiencia de la energía solar fotovoltaica también depende del tipo de panel que se utilice. Los paneles solares de silicio monocristalino son los más eficientes, con una eficiencia que puede alcanzar el 22%. En cambio, los paneles solares de silicio policristalino tienen una eficiencia menor, en torno al 15%.
Esto demuestra la importancia de considerar muy bien la calidad de los componentes que queremos utilizar, ya que a la larga, lo barato suele salir caro.
Precios de la energía térmica y fotovoltaica
El precio de la energía solar fotovoltaica también depende del tipo de panel que se utilice.
Los paneles solares de silicio monocristalino son los más caros, con un coste que puede alcanzar los 300€/m2. Por otro lado, si optamos por los paneles solares de silicio policristalino, estos son más baratos, con un coste alrededor de los 200€/m2. A todo esto habría que sumarle el costo de instalación que dependerá de la empresa con la que decidamos trabajar.
Por otro lado, si lo que nos interesa es realizar una instalación de energía térmica, los sistemas de CST son los más caros, con un coste que puede alcanzar los 5.000€/m2. En cambio, los sistemas de PST son más baratos, con un coste que puede alcanzar los 1.000€/m2.
A todo esto, habría que sumarle los oportunos costes de mantenimiento, que como ya hemos mencionado anteriormente, serían más económicos en la energía solar fotovoltaica.
Cómo funciona la energía solar fotovoltaica
Como explicamos en nuestro anterior artículo, la energía solar fotovoltaica utiliza paneles solares, compuestos por células fotovoltaicas, para la absorción de la radiación solar.
Cuando los fotones de la luz solar inciden en estas células, desencadenan el movimiento de electrones, generando así corriente eléctrica. Este proceso, conocido como efecto fotoeléctrico, convierte directamente la luz solar en electricidad lista para su uso en hogares, empresas o incluso para venderla a la red eléctrica convencional.
Cómo funciona la energía solar térmica
Por su parte, la energía solar térmica emplea colectores solares para concentrar la radiación solar en un fluido portador, como agua o un aceite especial. A continuación, este fluido se calienta y luego se utiliza para generar vapor, el cual impulsa unas turbinas conectadas a generadores eléctricos. Este calor puede ser aprovechado para calefacción, refrigeración o incluso agua caliente sanitaria.
Ventajas de la energía solar térmica y la fotovoltaica
Tanto la energía solar térmica como la fotovoltaica ofrecen una serie de ventajas, entre las que destacan:
- Son fuentes de energía renovables, por lo que no producen emisiones de gases de efecto invernadero, que contribuyen al cambio climático.
- Son silenciosas. No producen contaminación acústica.
- Suponen un ahorro en tu factura. Pese a que la inversión inicial es alta, a largo plazo se rentabilizan.
- Reducen la dependencia energética, por lo que nos exponemos menos a las fluctuaciones de precio.
- Bajo mantenimiento. Solo requieren una limpieza ocasional y revisiones periódicas para garantizar un rendimiento óptimo, lo que reduce los costos a largo plazo.
- Son escalables. Siempre y cuando dispongamos del espacio necesario para su instalación, los sistemas de energía solar fotovoltaica pueden adaptarse a las necesidades energéticas de cualquier vivienda o empresa.
- Son versátiles. Los paneles solares fotovoltaicos pueden instalarse en diferentes ambientes, desde sistemas individuales en hogares hasta grandes plantas solares para abastecer a empresas industriales.
- Almacenamiento térmico: la energía térmica permite almacenar el calor generado para su uso posterior, lo que la hace adaptable a necesidades energéticas fuera del horario solar, mejorando la flexibilidad de su aplicación.
Conclusión
Ahora que ya conoces en detalle cómo funcionan tanto la energía solar térmica como la fotovoltaica, al igual que el coste que supone instalar cada una de ellas, estás preparado para tomar una decisión informada respecto a qué método se adapta mejor a tus necesidades personales.
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